🧐Porque los supervisores deben tener conciencia de la Inteligencia Emocional

Según Daniel Goleman, autor del libro Inteligencia Emocional, las emociones determinan el nivel de rendimiento de que somos capaces, en estado de equilibrio o desequilibrio emocional, así como determinan qué tipo de relación mantendremos con nuestros subordinados (liderazgo), con nuestros superiores (adaptabilidad) o con nuestros pares (trabajo en equipo). Las emociones determinan cómo respondemos, nos comunicamos, nos comportamos y funcionamos en el trabajo y/o la empresa.

La ineptitud emocional de los jefes consume tiempo, genera roces, desalienta la motivación y el compromiso, fomenta la hostilidad y la apatía y, en suma, provoca un menoscabo en el rendimiento laboral de los trabajadores.

De este modo, las fortalezas y debilidades de la competencia emocional de un supervisor pueden medirse, respectivamente, con el pleno aprovechamiento o el mal uso del talento de sus subordinados.

Reconociendo que la Inteligencia Emocional se refiere a la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos, los sentimientos de los demás, motivarnos y manejar adecuadamente las relaciones que sostenemos con los demás y con nosotros mismos; es fundamental entonces que los supervisores aprendan y desarrollen inteligencia emocional.

Considerando que somos seres emocionales eso de que “en los negocios no hay sentimiento” es una falacia, pero si utilizamos la inteligencia emocional podemos controlar esas emociones y no dejar que estas nos controlen a nosotros. Cuando somos capaces de utilizar la inteligencia emocional en las relaciones laborales tendremos equipos de trabajos mas productivos, ambientes de trabajo mas agradables y un liderazgo mas fuerte.

 

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